lunes, 1 de mayo de 2017

Mallorca, en una semana

Hola a todos
en esta ocasión vamos a navegar por la isla de Mallorca durante  10 días,  intentaré mostraros rincones y bellos paisajes, aunque es poco tiempo ya que pienso que con un mes no bastaría  para poder conocer una isla tan completa como esta.


Hemos comenzado una singladura por mar dando la vuelta  a Palma de Mallorca y nuestro punto de partida será  Pollenca. Llegamos en bus desde el aeropuerto y allí nos espera Javi para embarcarnos en el MissRegina, un velero de acero de 37 pies construido en Canada y que ya nos ha acompañado en muchas travesías  por la península.

Tras comprar unos víveres y reparar el auxiliar que se nos había  pinchado levamos anclas y cargamos gasoil en el puerto antes de salir con rumbo al Este





La travesía  fue muy tranquila con viento del Noreste de 10 a 15kn y llegamos para comer a Es Calo en la bahía de Alcudia, un lugar idílico  junto al parque natural y muy protegido del viento.



Aunque la intención  era pasar la noche allí, la llegada  de un frente con viento fuerte del Norte y que uno de los tripulantes se tenía que volver, nos hizo navegar toda la tarde bajando la costa Este de Mallorca hasta ya de noche, entrar a descansar en  Porto Cristo fondeados y amarrados a una boya, antes de la entrada de este bonito y coqueto lugar, ojo que la entrada solo esta señalizada por un faro blanco de largo alcance de dos destellos cada 5 sg, pero nada más, o entras perpendicular a la costa, o no ves el faro rojo del espigón  del muelle de entrada al puerto hasta que no estás a un palmo de las rocas del acantilado del faro.







Por la mañana temprano nos levantamos a las 7 de la mañana,  desayunamos y zarpamos antes de que los marineros del club nos intenten cobrar por fondear fuera del puerto en la boya que no sabemos de quien es,  y es que ya sabemos como se están poniendo de difíciles los fondeo libres en esta isla, no solo en verano.
Seguimos bajando a motor ya que el viento de madrugada es muy suave y costeamos muy cerca para ir observando las calas y cuevas de esta linda costa.



Entramos en Porto Colom solo para ver si ya han colocado las boyas de fondeo y descubrimos una pequeña ensenada justo a la entrada a estribor en la que aún 5 o 6 barcos pueden fondear. Seguimos bajando hacia el Sur en busca de un pueblo bien comunicado con Palma para que nuestro tripulante pueda tomar un bus que le lleve al aeropuerto.
Al salir de Puerto Colom entramos en todas las calas que vemos interesantes para fondear luego y poder pasar el temporal de norte que se avecina, pero lo primero es encontrar un transporte para nuestro tripu.



La primera opción fue Puerto Petro, un bonito y adinerado puerto con la ensenada llena de caras boyas donde solo nos permiten bajar media hora al pueblo para preguntar por los transportes y la mejor forma de llegar a Palma. Nos dicen que es mejor salir desde Cala de Or un poco mas al norte, así que  volvemos por nuestros pasos y fondeamos en una playita junto al puerto de ese nombre donde desembarcamos ya con la auxiliar reparada los tres y el equipaje.

Tras dejarle levantamos el fondeo y regresamos a la siguiente cala mas al norte que nos encanto al pasar por la mañana. El fondeo de cala Sanau estaba complicado por la estrechez del canal y los barcos que pasaban el día, pero nos esperamos en la bocana un rato a que se marcharan y preparamos en fondeo  para pasar el temporal con un cabo por popa a tierra. Bajamos a tierra y tras tomarnos una cerveza en el coqueto chiringo de la playa a precio de alemania, exploramos el lado del sur en el que vimos una antigua cueva vivienda de los canteros de piedra arenisca y acantilados muy chulos.







El viento empezaba a acercarse desde el golfo de Leon a las Baleares y eso se notaba con el mar de fondo que le procedía del noreste, aunque estábamos muy bien amarrados con el ancla por proa y cabo a tierra por popa, la embarcación  ya durante la cena empezó  a moverse en un bamboleo aun soportable y así nos fuimos a dormir. La noche fue horrible, el barco entraba en resonancia con las olas de mar de fondo y las que rebotaban en las rocas y era todo ruido, así que casi sin dormir y al amanecer, decidimos salir de allí pitando antes de que se pusiera peor ya que la previsión era que durante ese día aun tenía que subir el viento el doble.
La salida un poco accidentada, pues al ir a subir a la auxiliar el capi se resbala y termina dándose un baño matutino cuando intentamos sacar el cabo de popa de las piedras y además con el peligro de pinchar la goma con las puntas de piedra y el mar de fondo que ya estaba creado. Un rato después  todo queda en una anécdota y salimos de la ratonera con rumbo a Porto Colom, en la que el día  anterior vimos un fondeo tranquilo a su entrada de estribor, encontramos otros cuatro veleros y no tenemos problemas en quedarnos aquí  fondeados para pasar el resto del día  y descansar bien esta noche.




A media mañana un grupo de unos 15 barcos de charter que estaban en la boyas de fondeo del puerto, comienzan a salir con jóvenes tripulaciones caucásicas inexpertas y nos ofrecen una jornada muy entretenida comentando mira esa auxiliar sin sujetar, mira esa tripu en la proa en bañador, mira esa subiendo todo el trapo, o esa solo la mayor, o esa escota de foque liada en el el ancla de proa, o ese  enrollador liado, etc….. comentarios que nos divierten. Pensar que nosotros nos habíamos refugiado en puerto Colon por el fuerte oleaje de 3 mt y los 30 a 35 nudos de viento que se esperaban esa mañana.




Por la tarde nos damos un paseo por Puerto Colom, una pequeña población mezcla entre tradicional y turismo dividida en la parte de la colonia tradicional y el puerto turístico que desde 1850 está registrado en una carta antigua que descubrimos colocada en la pared de un café bar de la plaza de la iglesia, sitio con wifi recomendable y que tiene el sabor de café del pueblo.

Por la noche en el fondeo del barco descubrimos que los partes meteorológicos empeoran y que o salimos de este tranquilo fondeo o nos quedamos clavados un par de días más, ya que el viento del noreste arreciará  con fuerza 7 y bajando las temperaturas.
Salimos a las 8 de la mañana de Puerto Colom con frío, los trajes de agua puestos y los arneses preparados con viento del noreste de 20kn y olas de 2 mt y navegaremos hacia el sur, rumbo a la isla de Cabrera con el genova desplegado y una velocidad entre 5 y 7 kn, ya por el camino el viento sube de intensidad alcanzando rachas de 35kn pero vamos haciendo buenas medias y turnándonos a la caña  para evitar cansarnos, ya que las guiñadas son constantes con la ola tan grande de popa y aleta.



Al medio día entraremos en la bocana de la dársena de fondeo de la isla de Cabrera con vientos de 30kn y olas de popa de 2 mt, incluso en el interior de esta resguardada gran  laguna interior las olas que entran por su bocana hacen que los barcos fondeados se muevan y ocurre un fenómeno curioso con el viento, ya que lo mismo está  calmado, que baja de las montañas a 40kn despegando gotas del agua del mar a su paso.




El fondeo es de todos modos agradable, y solo se puede hacer en unas boyas colocadas a tal efecto, tienes que reservar con antelación y según el tamaño de tu barco amarrarte a las blancas hasta 40 pies, o a las amarillas mas de 40. Esta prohibido bajar basura solo se puede transitar por los caminos habilitados en la reserva natural. De todos modos hay muchas cosas que ver, el castillo, las ruinas de los franceses abandonados de la guerra de la independencia, el faro y la cantina que hay en la colonia de casas de los trabajadores de la isla.
Vamos a comer, reponer fuerzas y luego bajaremos a inspeccionar uno poco.







Estamos de suerte, pues nada mas bajar a tierra coincidimos con un guía del parque que ha quedado con una pareja de un barco para llevarles al pico Pica Moscas, es la cota mas alta de la isla y solo se puede ir con un guía,  así  que le consultamos si con los náuticos que llevamos de calzado se puede ir y nos unimos al grupo.
La ruta bordea la laguna mientras se sube por un camino al principio fácil, viendo fauna y flora y conversando agradablemente con gente con nuestras mismas aficiones, vemos un horno de piedra para cal restaurado por chavales rehabilitados y el último tramo ya sin camino, pedregoso y rompe zapatos, con mucho viento, se llega al monolito hidrográfico de cota a 150mt. Las vistas son increíbles.





Luego volvemos y nos tomamos unas cervezas en la única cantina que existe y en la que convive noche y día la pequeña población de la isla, los guardas, administrativos, guardia civil y visitantes, etc….



A la mañana siguiente nos espera un día lleno de actividades , hay que subir al castillo, es uno de los pocos sitios donde tienes cobertura  de teléfono, hay que ver el monumento a los franceses que se hicieron prisioneros y murieron en esta isla en la guerra de la independencia, hay que ver el museo etnológico donde un día se intentó  hacer vino y que explica también la historia de la isla, hay que pasar por la cantina a tomar un aperitivo, comer en el barco que hemos dejado hechas una patatas aliñadas, y por la tarde a primera hora hemos quedado con los guardas de la isla para enseñarnos una de las partes protegidas y que no se pueden visitar.
La caminata duró 4 horas subiendo y bajando laderas, desfiladeros, caminos forestales y senderos entre pinos, arboresta y playas. Mereció  la pena tanto esfuerzo para ver y comprender el trabajo que hacen estos profesionales del medio ambiente y lo bien que te explican todo lo que aconteció  en cada paraje, la flora y fauna que se ve.
Nuestro mas sincero agradecimiento a David y Josep por enseñarnos la caseta del telégrafo, las playas del horno y de las medusas, la boya del rey, la cantera de piedras de arena, sus cuevas de los moradores, los hornos donde se fabricaba la cal, la turbera de carbón y sus dependencias, el mirador de La Miranda, la cañas en flor y las trampas de los gatos. Estas excursiones las podéis organizar cuando no hay barcos turísticos en la isla y ellos tienen tiempo para vosotros.













Ya solo quedaba volver a la cantina a reponer fuerzas, y nos encontramos con nuestros amigos del Sula donde pasamos una agradable velada hasta que nos echan por que se cierra el bar, jejej, gracias por llevarnos en vuestro bote y remolcar el nuestro pinchado hasta nuestro barco.
A la mañana siguiente toca abandonar este precioso lugar, hay que seguir el camino sin saber aun muy bien hacia donde. Nos han hablado de una playa maravillosa junto a La Comunidad que se llama Es Trenc, y nada mas salir ponemos rumbo a su costa en la isla de Mallorca, el viento es fresco y a todo trapo hacemos puntas de 7 nudos con el viento del Este entrando a 60 grados. La verdad, que el lugar es una maravilla  de aguas turquesas y sin olas y lo anotamos en nuestra retina para volver algún día, pero son las 10 de la mañana y preferimos seguir costeando para ver mas cosas.


El día se pasa viendo lugares de la costa Sur de Mallorca, su inmensa bahía llena de barcos y navegando junto al Sula que ya regresa a Barcelona.
Nos despedimos de ellos y nos acercamos por la tarde a la costa para buscar un fondeo tranquilo donde pasar la noche, encontramos en  Santa Ponsa ese lugar. Volvemos a reparar el bote auxiliar que ahora pierde aire por otro lugar, lo dejamos secar sobre cubierta y haber si esta es la definitiva y podemos bajar a tierra en Dragonera,  Soller y Sa Calobra que son nuestros próximos pasos.





La salida de Santa Ponsa la hacemos de mañana temprano tras desayunar con poco viento, subimos la mayor con un rizo para que estabilice y no frene y con el motor a 1700rpm vamos descubriendo bonitos parajes de aguas cristalinas. Pasamos entre Dragonera y Mallorca por un estrecho canal disfrutando del paisaje y de un bonito fondeadero y tranquilo que se llama Sant Elm y nos encontramos con una costa llena de enormes acantilados de piedra, con bosques de pinos y algunas casas diseminadas por las laderas mas amables de la cara de poniente de esta Sierra de Tramontana. Por el camino acompañamos a dos piraguas que bordean los acantilados a buen ritmo y nos topamos con una guardería de delfines, estos dejan a una hembra a cargo de las crías, mientras el resto de la manada va de pesca costa adentro, es fácil  de distinguir, pues los benjamines se quedan a una distancia prudencial de los veleros, mientras el adulto que los cuida se acerca a verte y enseguida se marcha con ellos.







Nos acercamos a varios fondeaderos para conocerlos de camino a Soller y en especial nos encantaron dos, uno un pequeño embarcadero orientado a noroeste Cala Banyalbufar y otro posterior con una cascada de agua y una playa de cemento que se llama Port des Canonge, pero sin duda la perla de los lugares se la lleva  la punta Na Foradada con su ventada redonda en la piedra, su chiringo rústico  en la ladera y con lugar de fondeo solo para un par de embarcaciones en su cara sur y mas ancho y grande en su cara norte.







La llegada a Soller 30 minutos después, a una  dársena muy protegida, llena de turistas y ambientada, nos proporciona  cobijo durante un par de días y nos permite bajar a tierra con la barca otra vez pinchada y conocer tanto el Puerto de Soller como al día  siguiente subir en el tren antiguo tranvía similar a los que hay en Lisboa y conocer  Soller pueblo, merece la pena.











Dos días mas tarde, salimos de la dársena  del puerto de Soller por la mañana temprano para seguir subiendo por la costa oeste de Mallorca y con destino a Pollenca. El viento ausente toda la mañana deja un mar plano como una balsa de aceite y nos permite ir muy pegados a los acantilados disfrutando de cuevas, cabos, delfines y colonias de curiosas medusas velellas que se transportan como veleros al viento con una protuberancia  que sale de la superficie a modo de vela.
Pronto llegamos a una parada intermedia, de la que todos nos han hablado esta semana como una de las calas mas bonitas de Mallorca, y tienen razón, se llama Sa Calobra y es un fondeadero de arena profundo, pequeño en el que al menos 4 o 5 veleros pueden fondear, con dos brazos de agua, en el primero tenemos varios chiringos para mojar el interior, pero en el segundo, desemboca un torrente de agua que viene de las montañas y termina en una playa de cantos rodados,  puede seguir el curso del río tierra adentro varios kilómetros, os recomiendo calzado de montaña, ya que tras una primera zona de sedimentos donde al río  se hace ancho, encontraréis rocas, cascadas y cuevas que explorar. Las dos calas se encuentran unidas por un bonito paseo de piedra por el ancantilado de la montaña con dos curiosos túneles  labrados en el interior de la roca. Os dejo una cuantas fotos que hablan por si solas.
















Tras bajar a tierra y seguir el curso del río , nos damos un baño, tomamos algo y seguimos nuestro camino explorando las calas y acantilados ya con rumbo hacia Pollenca donde esperamos llegar por la tarde. El tiempo sigue apacible y ya cerca del cabo Formentor tras el paso de una pequeña borrasca que nos deja unas pocas gotas de agua sin viento, comienza a soplar por la aleta de popa en ocasiones una brisa por estribor caliente, y en otras por babor fría, lo que nos obliga a sacar solo el genova y así ganarles unos nudos al motor. Al rato se establece  cada vez con más intensidad de estribor llegando a los 25 nudos y permitiendo hacer unos buenos 7 nudos de velocidad a vela.




Al llegar al cabo lo que hasta ese momento eran aguas sin olas y viento, se convirtió primero en olas sin viento, justo debajo del faro, y muchas olas y viento de 25 nudos de proa tras doblarlo, haciendo la navegación  incomoda con el rebote de la ola en los acantilados de la costa. Seguimos a motor un rato ganando algo de barlovento para poder entrar en la bahía  de Pollenca a vela, cosa que hicimos con dos rizos de mayor y el genova a 7 nudos de velocidad hasta el fondeo protegido en el costado del puerto.



Y con esto hemos cerrado el círculo de la vuelta a Mallorca en una semana, en la que seguro que nos hemos dejado increíbles lugares por visitar, pero de la que estamos seguros volveremos a disfrutar en el futuro y así  nos dejamos cosas para volver.



Una advertencia, este viaje lo hemos hecho a finales del mes de abril, tiene la ventaja de poder acceder a sitios que en verano están  masificados y que de otra manera quizás hubiera sido imposible de ver, pero tiene el inconveniente de que la meteo es mas impredecible, por eso os dejo una última  foto de como el día  de vuelta tuvimos que bajar a tierra para tomar un bus que nos lleve al aeropuerto lloviendo y con mucho viento.
Un abrazo a todos y buena proa.